Mi sueño era poner la Pelopincho* en el patio.
El sábado 29 de diciembre a la tardecita, con 50 grados de calor, previo corte de pasto del novio de mi amiga y charla bajo el árbol con mi otra amiga, me aventuré a armar la pileta.
Ese finde la llené mientras pintaba la ventana y la puerta del baño. Y el 1° la inauguramos.
Vino mi amiga, nos metimos al agua y tomamos unos mates ahí. Nos charlamos la vida. Con sus paladas de cal y sus paladas de arena.
Más tarde, cuando se fue, me quedé más de dos horas en el agua disfrutando el primer día del año que se vaticinaba como muy pero muy feliz.
Me relajé tanto mirando al sol, que por un minuto me sentí una sirena.
A la tardecita fuimos a tapar la pileta con nylon para que no se ensucie el agua.
2 de enero, 4 y media de la tarde...
Más de 50 grados de calor...
Con ellas y él fuimos al patio para meternos en la pile.
Me acerco y veo piedritas de gato sobre el nylon abierto. Había quedado un espacio en el medio de las bolsas que pusimos para tapar el agua.
Miro bien: no lo creo.
En el fondo de la pelopincho, una cagada de gato y más piedritas sucias.
Tuve que vaciarla.
Mi sueño cumplido duró menos de 24 horas.
*Pelopincho: pileta/piscina de lona que se fabrica y usa en Argentina (https://www.pelopincho.com/)
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Cati