Ella se hizo famosa en su Santiago natal porque un día decretó que el viejo Eustaquio (ya de 93 años en ese entonces) se iba a morir de cáncer de hígado.
Claro, todos le creyeron sus poderes porque
efectivamente a los 6 meses el viejo partió a mejor vida con ese
diagnóstico. Lo que nadie se dio cuenta fue que el hombre estaba cada
dia más amarillo. Y la ciencia hace añares que dejó plasmado que ese era
uno de los síntomas más visibles de cualquier enfermedad relacionada a
la bilis.
Cuando se quedó en la calle se enganchó
al Roberto y se fueron a vivir a Boedo. Se puso un negocio de ropa
para señoras gordas en el cual ella era la modelo, porque a su edad
teniendo medio kilo menos que sus clientas, y con la fama que traía de
bruja adivinadora, todas las viejas de la zona le empezaron a creer que
las flores gigantes en una camisola enorme les quedaban pintadas.
Cada
día les hacía creer a sus clientas que eran hermosas -obesas y viejas- pero hermosas, y empezó a sacarles información sobre sus vidas y las de
los demás.
Hasta que se hizo amiga de la Marta.
Tres hijos, cansada de laburar, con muchas deudas, un marido enfermo y
nuevos quilombos que se le venían encima.
Ya había ubicado bien a los tres hijos, todos estudiaron, se recibieron y se casaron o juntaron con "gente bien", de plata.
Hasta que el hijo del medio de la Marta, un día se le presentó en el negocio y le dijo que le tire las cartas.
Y las cartas de tarot nunca mienten...
Le
salió que estaba enamorado de una mujer casada y con dos hijos. Era
cierto, pero él en su desesperación salió corriendo, fue a su casa, le
dijo a la concubina que se iba porque ya no la amaba y se fue a vivir de
su madre.
Susana llamó inmediatamente a la Marta y
le dijo que se prepare porque el hijo se le iba a instalar ahí, que no
se lo iba a poder sacar más de encima (justo ahora que lo había logrado
ubicar con una chica "bien" del pueblo... después de más de una década
de noviazgo y con un hijo)
Y la Marta enloqueció.
Con Susana empezaron a armar una estrategia para que el pibe se olvide de la
nueva, porque no le convenía a nadie esa relación. Imaginate: esa era
una rompe-familia.
Y se aliaron a la novia
despechada, a otros conocidos del pueblo y arrancaron la venganza para
que el pibe deje a la chica y se vuelva a la casa con la mujer.
Lo
torturaron diciéndole que la chica era una puta, que maltrataba al
marido, que se sacaba fotos en bolas y las mandaba a muchos tipos...
También empezaron a revisar el Facebook de todos los involucrados para
encontrar material para poder separarlos.
Hasta llegaron a mandar mensajes amenazantes a los celulares para que ambos sospechen del otro y se dejen de encontrar.
Lo
que no sabían era que cuando dos personas se aman, ningún daño ni
amarre satánico los puede dividir. Y no contaron con que ella no cree en
esas pelotudeces de las cartas y los "trabajos".
Entonces todo le empezó a afectar al que sí cree, a él.
Se
empezó a enfermar, tuvo un accidente, dejó de comer, no podía dormir,
ninguna terapia lo ayudaba y ni siquiera el psiquiatra y sus remedios
lograron que se quiera separar de su amor.
Hasta que un buen día el maleficio hizo efecto y el nene se enfermó y lo tuvieron que operar.
Ahí
él quiso ayudar a su hijo y a su madre y el amarre surtió efecto porque
la culpa fue tan grande, que se volvió a la casa dejando feliz a su
madre, a Susana y a la novia que lo recibió de vuelta con los brazos
abiertos.
Lo que nadie sabe es que una vez que el
enamoramiento entre dos personas ocurre, nada ni nadie lo puede romper. Solamente lo pueden hacer ellos: los involucrados.
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Cati